Mi idea con este blog es escribir anécdotas y reflexiones sobre la relación entre los clientes y los productores Web (como yo) a través de las herramientas que desarrollamos (sitios web, tiendas online, apps, posicionamiento, redes sociales, etc.) y especialmente me enfoco en resaltar la diferencia entre los productos digitales y los negocios digitales, que parece que fuera lo mismo pero no lo es.
Uno de los grandes retos de trabajar produciendo sitios web y herramientas digitales es convertirlo en un negocio sostenible, ya que existen varios factores (sobre todo administrativos) que comprometen seriamente nuestra capacidad para mantenernos a flote como el Ghosting de los clientes, el manejo de expectativas y sobre todo la claridad sobre el alcance de los proyectos, que en términos simples es dejar claro hasta dónde llega nuestro trabajo, y a partir de qué momento nuestra intervención en el sitio web de un cliente debe considerarse como un servicio adicional.
Este artículo se basa en varios proyectos que he realizado recientemente, que coinciden en que ya tienen un sitio web pero el diseñador/desarrollador que tenían simplemente no les contesta o ya no trabaja en eso.
Hace varios años fui protagonista de una situación similar. Estaba cansado de atender consultas y favores de mis clientes los fines de semana, y de diseñar sitios web que no terminaron de pagarme; así que cerré operaciones y me fui a vivir a una finca por casi 10 años, en los cuales seguí produciendo sitios web pero casi que por estricta recomendación de alguien más.
La gran diferencia es que avisé con tiempo que me iba a retirar.
Y es que trabajar en Web no es fácil por una razón de peso que he encontrado a lo largo de muchos años y experiencias: La web y su funcionamiento en general sigue siendo confuso y difícil de comprender para la mayoría de personas, en especial cuando las redes sociales y otros servicios ofrecen la oportunidad de eventualmente crear su propio negocio y por qué no, hacerse millonario publicando contenido en Internet sin pagar nada.
Entonces, como empresa es lógico pensar en que es importante tener un sitio web pero «no sabemos de eso» y pagamos cierta cantidad de plata, porque hay que tener un sitio web para ser competitivos. Sucede que a los dos años el sitio web deja de funcionar bien, el diseño se ve anticuado (a pesar de llevar solo un par de años al aire) y buscamos a quien lo hizo para que nos ayude a solucionar la situación, pero resulta que el tipo no contesta y se quedó con las claves; luego llega un experto y nos dice que es mejor hacerlo desde cero que repararlo.
Yo suelo ser ese experto. Bienvenidos a mi mundo.
Voy directo al grano: Un sitio web no va a hacer que su negocio venda más, pero su negocio sí puede aumentar sus ventas con un sitio web.
Parece que dije lo mismo de otra forma, pero son dos enfoques diferentes. La gran diferencia es que un sitio web debe estar apoyado en una estrategia de negocio, más que una herramienta que funciona por sí misma; y que un sitio funcione depende muchísimo de las actividades que generen tráfico desde y hacia el sitio web. También es muy importante que un sitio web sea fácil de encontrar en Google y otros buscadores, pero ese es otro tipo de proyecto que suele costar más que el mismo sitio, y los resultados se pueden comprobar después de muchos meses de inversión constante.
Como dije antes, los temas relacionados con lo digital suelen ser difíciles de entender para una persona que no está inmersa en este medio, y desde el lado de quienes producimos productos digitales tenemos soluciones a la mayoría de situaciones que se presentan, pero muchas de ellas sin duda son servicios y ajustes adicionales que muchos clientes no están dispuestos a pagar.
Cuando esto no queda claro, un cliente asume fácilmente que su sitio no funciona bien porque «no vende» o no satisface sus expectativas; pero hay muchos factores de negocio que influyen en que su producto no se venda, así tenga una tienda online abierta las 24 horas. Por eso es tan importante contar con alguien que sepa de negocios digitales y le ayude a crear una solución que complemente su estrategia de negocio, siendo el sitio web una herramienta, más que la solución.