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La no tan delgada línea entre un sitio Web y un negocio digital

Si bien la decisión de producir Web a tiempo completo fue reciente (poco menos de dos años), mi experiencia en este campo comenzó hace más de 20 años. En este tiempo he tenido la oportunidad de desenvolverme en todas las áreas que comprenden el desarrollo de este tipo de proyectos, siendo la gestión de negocios digitales una de las más prominentes.

Sin embargo, y después de tanto tiempo, hay aspectos que hoy en día siguen moviéndose en un terreno difuso en términos estratégicos por el lado de los clientes. En otras palabras, se entiende un sitio Web como una especie de «mal necesario».

Siento que se percibe un sitio Web como comprar un carro moderno; podemos manejarlo fácilmente pero no sabemos cómo funciona o si es el adecuado para nuestras necesidades.

Quizás en este punto busco diferenciarme de otros diseñadores y agencias que hacen sitios, porque para mi el sitio web es una herramienta dentro de una estrategia digital, de hecho la más completa y robusta de todas. Si bien el sitio por sí solo cumple la función básica de informar sobre los productos y servicios de una empresa o profesional, realmente debe ser la versión digitalizada de su negocio. Algo así como comprar una camioneta de lujo 4×4, siguiendo la analogía.

Existen carros y mecánicos de todos los precios, así como terrenos de todo tipo. Y nada más decepcionante que comprar un carro deportivo, para usarlo en carretera destapada y para colmo, dar con un mal mecánico.

Un sitio web, contenido en redes sociales o cualquier herramienta digital debe solucionar un problema específico de negocio en un período de tiempo, de lo contrario puede pasar que paguemos mucho por algo demasiado robusto, o por el contrario una solución económica e incluso gratuita que no va a cumplir su función. De ahí la importancia de contar con un experto en el tema que pueda dar un diagnóstico sensato y una solución eficiente.

El 90% de las veces me piden hacer unos «ajustes pequeños»
en su sitio web actual, pero el sitio se ve y funciona más o menos
como este carro.

Mi recomendación, sea para comprar un carro o para hacer un sitio Web, es tener una idea clara de para qué lo necesita y buscar un experto mecánico/productor Web que pueda diagnosticar y sobre todo sustentar la solución.

Los carros y los sitios web coinciden en una cosa: El experto que usted contrata le va a explicar un par de cosas técnicas que seguramente no va a entender, y solo por eso le puede cobrar cualquier cantidad de plata. Digamos que mientras funcione (sea un carro o un sitio web) uno siente que justifica el precio; pero para reducir las visitas constantes al mecánico o llamar al programador todo el tiempo para solucionar problemas técnicos, es muy importante saber desde el principio si el carro o sitio web que compré es el adecuado para el terreno.

Confieso que no sé mucho de carros, pero en Web soy el experto que siempre ha querido tener a la mano.