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La delgada línea entre ser independiente y proveedor de servicios digitales

Hace poco trabajé en un proyecto que me dejó una gran enseñanza como productor Web, pero no de la forma que estamos acostumbrados a leer en Linkedin y otras redes, donde la gente agradece la oportunidad de trabajar con un excelente equipo y un ambicioso proyecto; más bien me dio un par de pautas para mantener firme la dirección que tomé como independiente y como profesional, en especial después de los 40.

Ser independiente es desarrollar y demostrar una forma personal de resolver situaciones, que sea más eficiente que una empresa

Esa fue la razón por la que me retiré del mundo corporativo hace 10 años, y sigue siendo vigente. Ser independiente implica crear una forma de trabajar muy diferente a lo que acostumbramos como empleados, y que además sea eficiente en tiempo, calidad y precio para nuestros clientes.

Lo que es importante destacar, es que probablemente este estilo de trabajo no sea compatible con la forma en que trabaja una empresa, y puede crear conflictos.

De hecho, el conflicto se presentó porque acepté el proyecto como proveedor de servicios; y ya no estoy para esos trotes.

El objetivo de proyecto era crear un sitio web en WordPress, con una serie de funcionalidades que debían personalizarse y requerían de la intervención de un programador. En estos casos, lo que hice fue realizar un diagnóstico y levantar las alertas tempranas o «Red flags» para anticipar recursos y tareas, producir lo que era posible por mi parte y coordinar el desarrollo adicional.

Seguramente esperaban que yo resolviera todo para que fuera rentable, pero superaba mi alcance (de hecho superaba el alcance de WordPress) y poco a poco me fueron sacando de las asignaciones, luego de las conversaciones, y todo lo que anuncié con tiempo que debía resolverse con un programador efectivamente se hizo; pero es probable que tengan un argumento corporativo muy bien elaborado con el cual seguramente, si me pagan, será menos de la mitad de lo acordado.

La diferencia entre ser independiente y proveedor de servicios, radica en que como independientes podemos garantizar un mejor resultado

Confieso que no fue traumático, porque en intuí que eso podía pasar desde el inicio del proyecto pero mi terquedad taurina me llevó a tomar el riesgo, así que en este punto prefiero capitalizar lo aprendido para no convertirlo en una anécdota de fracaso.

De este ejercicio puedo confirmar, sin temor a equivocarme, que al ser independiente puedo ofrecer un mejor resultado porque todas estas implicaciones técnicas y recursos adicionales, se pueden discutir y aprobar contra un presupuesto antes de comenzar un proyecto, con lo cual no se van a convertir en imprevistos más adelante.

Ahora, si me pongo en los zapatos de la empresa es obvio que lo que busco es alguien que resuelva lo que mi cliente necesita por el precio que le estoy pagando, independiente de que sea o no realizable; y en los zapatos del cliente, negocié pagar por un producto que funcione tal y como yo quiero, no importa quién lo haga posible.

Cuando trabajaba en empresa hace años, recuerdo que mi habilidad más apreciada era que yo solo lograba resolver eso que la empresa y el cliente esperaban, pero sacrifiqué mucha salud y vida personal, haciendo que mi trabajo se volviera insoportable. Quizás por eso prefiero ser independiente en vez de crear empresa.