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Si va a cotizar un proyecto web, pida un desglose de tareas y componentes

Si bien la idea de este blog siempre ha sido contar las anécdotas y apreciaciones alrededor de mi trabajo como productor web, cuando encuentro algún consejo para facilitar mi flujo de trabajo y sus expectativas como clientes potenciales, lo comparto.

Sucede que para alguien que no esté familiarizado con la parte técnica de la producción digital, es difícil saber por qué su proyecto vale tanto, independiente de lo que le cobren

Producir Web tiene distintos grados de complejidad, dependiendo de la experiencia de quien la produce; pero el resultado va a ser más o menos el mismo a los ojos del cliente, que va a pagar una suma de dinero sabiendo que el sitio funciona, pero nunca sabrá cómo.

Y del lado de quien produce el sitio, o sea el mío, la complejidad está más en la calidad de los insumos (la información y recursos que el cliente debe proporcionar para hacer el proyecto) y el compromiso del cliente, del cual escribí hace poco.

«Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.»

Arthur C. Clarke

Así que llegué a una conclusión: Lo mejor para dejar claras las expectativas y compromisos entre ambas partes, es crear un desglose de las tareas y componentes del proyecto, con su respectivo precio.

Cada empresa tiene su propio estilo de trabajo, con lo cual estos porcentajes no son siempre iguales. En mi caso particular, casi la mitad del proyecto (mas buena parte de las correcciones y retrasos del mismo) se me va en adaptar los insumos que proporciona el cliente, que por lo general responde a mi pregunta de si tiene de pronto las fotos en mejor calidad o los textos en un documento, con el argumento recurrente de «Usted es el que sabe».

Por eso creo que sí es importante explicar la forma en que vamos a distribuir el presupuesto del proyecto antes de comenzar; porque la percepción de que un sitio web hoy en día se puede hacer sin conocimientos técnicos y en pocos clics ha creado esta falsa percepción de que cualquier persona puede hacerlo (de hecho sí, pero no bien), y que por ende es tan rentable para mi que podría cobrar menos.

Si eso fuera cierto no tendría tantos clientes que me contratan para reconstruir sus sitios web. Y aquí entre nos, lo que vale no es apretar mucho tornillos sino saber cuál tornillo apretar.