Sucede casi siempre (y estoy seguro que no soy el único) a la hora de cotizar un proyecto web, que me preocupa la expectativa del cliente frente a lo que le voy a cobrar por producir su sitio web. Y claro, en ese punto emerge esta reflexión recurrente, que reza así:

«Si cobro menos por un sitio web «sencillito» es probable que me gane el proyecto; pero no soy capaz de entregar un resultado mediocre con el fin de hacerlo rentable, ajustándome al precio que el cliente espera.»

Y es entendible pensar que un sitio web es barato, porque lo que comprende producir un sitio web bien hecho es, y seguirá siendo un misterio para los clientes.

Las razones detrás de tanta especulación sobre el precio (esperado o real) de producir un sitio web, generan expectativas variadas y frustrantes, para el cliente y para mi como productor.

Porque al final del ejercicio, sea yo o el sobrino del cliente que acaba de graduarse en diseño gráfico y que le cobra un tercio de mis honorarios, debe entregar el mismo resultado; y no va a ser sitio web que el cliente se imagina (porque quiere un sitio web espectacular pero no sabe cómo explicarlo), ni tampoco el sitio web que quiere, porque por lo general no sabe cómo funciona un sitio web.

Lo que justifica mis honorarios, y por qué soy más caro que el sobrino o la agencia que hace sitios web en seiscientos mil pesos, es mi experiencia produciendo el sitio web que el cliente necesita para ser productivo y rentable en Internet. Porque puede contratar algo más económico y va a funcionar bien, ¿Pero a qué costo?

Lo digo con todo el criterio del caso, porque me contratan mucho para reconstruir sitios web baratos que dejaron de servir

Un sitio web deja de servir básicamente por estas razones:

• Funciona mal, es muy lento o definitivamente no funciona
• No se renovó el servicio de hosting y dominio, y quien les hizo el sitio ya no responde
• Contrató un sitio web hace más de 5 años, y tanto el diseño como la funcionalidad quedaron estancados en esa época

Estos tres escenarios tienen una sola y sencilla justificación, y es que contrataron un servicio barato; sin excepciones. De hecho, pienso que la gran ventaja o diferencia que ofrezco basado en mi experiencia como productor web, es la capacidad de desarrollar una estrategia digital de su marca para que funcione en Internet. El sitio web, las redes y los contenidos digitales son la conclusión de dicha estrategia; que funcione bien, que tenga un diseño a prueba de tiempo y que sea técnicamente estable, no es negociable.

Y cierro el artículo con esta sensata conclusión: Mis honorarios suelen ser más altos que lo esperado porque el resultado es tan bueno, que los clientes ya no me necesitan para administrar su negocio digital en el futuro.