Una razón de peso para crear mi sitio web, fue precisamente la importancia de tener (de nuevo) un sitio web, como consecuencia de la alta propagación de contenidos a través de las redes sociales.
A grandes rasgos, lo que se publica en redes promete resultados masivos y virales, a muy corto plazo; el involucramiento o engagement en términos de marketing digital, se centra en las reacciones que realiza un grupo de personas frente a un contenido específico, pero depende estrictamente de que el contenido se produzca de manera periódica, y sea emitido por personas con influencia en las redes sociales.
Puede sonar anticuado pero si Internet fuera el océano, un sitio Web es una isla y las redes sociales son tablas de surf.
En sentido que las marcas literalmente «surfean» entre reels y menciones a través de diferentes redes sociales, y con una estrategia decente, es probable que desemboquen esporádicamente en una Landing Page y podamos obtener más información de nuestros clientes potenciales. Un sitio web por su parte, es una completa caja de herramientas donde podemos generar y recibir cualquier cantidad de datos, que con el tiempo nos permite invertir mejor nuestro presupuesto en mantener clientes frecuentes; a fin de cuentas es mucho mejor tener clientes que compren siempre, a muchos clientes que compren una sola vez.
Las olas se encuentran por todo el océano, pero tarde o temprano los surfistas necesitan la playa.
Ese es mi punto. Si bien las actividades en redes sociales generan mucho tráfico, es muy valioso que llegue a un lugar en Internet donde se sienta que es el hogar la marca, y pueda proporcionar más información. Un sitio Web es esencialmente una vitrina donde conocemos más acerca del producto, servicio o empresa; pero una vez llegamos al sitio web tenemos la oportunidad de ofrecer a nuestros clientes infinidad de contenidos y actividades, que si delegamos completamente a las redes, nos va a costar una fortuna e inevitablemente se archivan en el tiempo.
Las herramientas son las mismas, pero algunas características varían de acuerdo a la situación.
No siempre un sitio web necesita un blog para posicionarse mejor, o en algunos casos vender a través del sitio resulta muy efectivo cuando no tienen que comprar directamente en la tienda. Existen muchas herramientas que inicialmente pueden parecer estratégicas para los objetivos de nuestra marca, pero analizando otros factores (sobre todo en países donde no hay una cultura de comercio electrónico desarrollada) la solución más efectiva suele mezclar el sitio web con redes sociales, para tener distintos puntos de involucramiento para diferentes momentos en que nuestros clientes interactúan con nuestro negocio.
De manera que sí es importante tener un sitio web, en especial por su facilidad de adaptarse a cualquier situación por medio de distintas herramientas digitales. Finalmente la isla es mejor refugio que el barco durante una tormenta.