Afortunadamente, las dos últimas semanas he tenido tanto trabajo que no le pude sacar un rato al reconfortante ejercicio de escribir. Sin embargo, haciendo un resumen de las tareas que ocuparon mi tiempo recientemente, noté que una buena porción se fue resolviendo un par de situaciones que definitivamente no tenían por qué suceder, porque eran indispensables para cumplir unos objetivos que mis clientes daban por hechos.
Y claro, artículo tiene sentido porque las dos situaciones tenían que ver con lograr que las redes sociales funcionaran de acuerdo a lo que supuestamente ofrecen; pero como no lo hicieron, pasé varias tardes sumergido en foros, páginas de ayuda y chats de soporte donde básicamente no encontré respuesta alguna.
Estas fueron las dos situaciones, que podrían sucederle a su negocio:
Caso 1: Conectar una tienda online con Instagram y Facebook
Una semana entera configurando y desconfigurando la plataforma de Facebook Business, para que al enviar la tienda a revisión aparezca un «Error técnico inesperado» que nadie al parecer, va a solucionar. Obviamente agoté todos los canales de contacto posibles sin la mínima respuesta.
Caso 2: Instagram y Facebook bloquean la página web de mi cliente sin razón alguna
Envié decenas de solicitudes y explicaciones para que la página de un evento gastronómico no fuera bloqueada, pero no hubo respuesta. La mamá de Zuckerberg sabrá por qué ese contenido no cumple las normas de la comunidad de Facebook, pero ahí se me fue la otra porción de la semana.
La gran moraleja de estas dos historias, es que es peligroso confiar en que su negocio va a ser efectivo gracias a las redes sociales; porque si las redes fallan, su estrategia de negocio también.
Las redes sociales son enormes, y su negocio es abarcar siempre un poco más. El problema, es que existen muchos modelos de negocio que se mueven por estas redes, y no todos son hechos a mano ni con buenas intenciones como el nuestro, para lo cual las redes crean protocolos y reglas para controlar torpemente la automatización (contenido creado por robots de manera masiva e invasiva) y la autenticidad (que haya un ser humano que responda por las transacciones que se realizan a través de las redes). Y en este ejercicio pagan justos por pecadores, que para este caso resultaron ser mis clientes.
Sigan este consejo basado en muchos años que llevo trabajando en Internet. Incluso si me equivoco, estoy basado en más argumentos que un recién graduado.
El éxito de su negocio es que los demás usen las redes sociales para hablar de él, y eso sucede cuando es fácil de encontrar, de comprar y de consumir. Para eso no hay nada mejor que tener herramientas propias (tienda online, sitio web, canales de contacto permanentes, etc.) ya que las redes están hechas para todo el mundo, y si quiere que su negocio sea diferente y mejor que los demás, pues no se comporte igual.