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Por qué es importante tener unos términos y condiciones «de verdad» en su sitio Web

Como mencionaba en el artículo anterior sobre los clientes que no terminan de pagar, y el gran impacto de estos imprevistos en la frágil economía de quienes prestamos servicios profesionales como independientes, he estado trabajando precisamente en convertir esta situación en una oportunidad. De manera que me asesoré con una abogada especializada en emprendimiento y un poco de Inteligencia Artificial para crear un contenido que para ser honesto, no pensé que fuera tan importante hasta que se presenta una situación en que se vuelve una herramienta esencial: los Términos y Condiciones del sitio Web.

Los términos y condiciones son prácticamente un requisito para tener un sitio Web hoy en día, pero por lo general su contenido es genérico.

Desde que lancé mi sitio Web y mi marca personal hace tres años, redacté unos términos y condiciones generales donde mencionaba los aspectos esenciales de mi negocio y los contenidos del sitio, especificando algunos detalles sobre el uso de los contenidos y generalidades sobre la prestación de servicios profesionales como diseñador y desarrollador Web. Sin embargo, hay varios aspectos que no había considerado, como el hecho de que los términos y condiciones de un sitio Web tienen peso legal, es decir que en caso de controversia pueden ser usados como prueba frente a los tribunales competentes.

Lo que pasa es que no creemos que sea necesario entrar en este tipo de escenarios legales, porque asumimos desde el principio que trabajamos con otros profesionales con el mismo criterio profesional, e intenciones de culminar el proyecto en los términos que acordamos; pero cuando no sucede es importante contar con una letra menuda robusta, coherente y consistente.

¿Qué es lo mínimo que debe tener una página de Términos y Condiciones?

Si lo vemos como una herramienta, el contenido de los Términos y Condiciones debe cubrir de alguna manera:

  • De qué se trata su negocio
  • Las condiciones para la prestación del servicio
  • La delimitación del servicio (dónde y cuándo termina)
  • Cómo se adquiere su producto o servicio
  • Las condiciones para la cancelación del servicio
  • La excepción de responsabilidad en la prestación del servicio

A diferencia de un producto físico o digital, un servicio se entiende como la aplicación del conocimiento y experiencia profesional en la solución de un problema en un área específica, a solicitud de un cliente, por un tiempo y honorarios previamente acordados. Un sitio Web es un caso interesante porque es lo que se entiende como producto como servicio, o en otras palabras, al finalizar el servicio se entrega un producto, en este caso el sitio Web.

Precisamente, debido a que la línea que separa el producto del servicio es tan delgada, los términos y condiciones ayudan a comprender qué es lo que se está contratando, y en qué punto se considera el servicio y producto como finalizado.

Aparte de un contrato formal, los Términos y Condiciones se convierten en el respaldo legal como prestadores de servicios digitales

Idealmente, uno debería crear contratos para cualquier servicio que vaya a prestar, con el fin de delimitar el alcance lo que se va a hacer y «blindar» por así decirlo, el tiempo y experiencia que aplicamos en resolver el problema para el cual nos contratan; pero en el día a día hay tareas tan rápidas y tarifas tan económicas que hacer un contrato se vuelve un proceso tedioso e insostenible.

Aquí es donde los Términos y Condiciones cumplen su función, la cual va un poco más allá de definir lo que es y no es el servicio o proyecto que nos acaban de contratar. Los Términos y Condiciones permiten filtrar el tipo de cliente, ya que es fácil abusar de la confianza de quien presta un servicio cuando es legalmente vulnerable.