Recuerdo que hace unos 15 años cuando llegué a trabajar a Bogotá comencé a hacer trabajos freelance en paralelo, diseñando sitios web para clientes particulares. En esa época yo era el mayor del equipo (con 26 años), y algunos miembros del equipo estudiaron en la misma universidad que yo, un par de semestres atrás.
Digamos que el desarrollo web era mucho más complejo y aparatoso, ya que necesitaba al menos un diseñador y un desarrollador para crear un sitio decente y estable. En medio de estas conversaciones técnicas y laborales, el practicante me contaba orgulloso que estaba terminando un sitio web para una empresa pequeña, y que a partir de ahora él era el Webmaster.
«Gran parte de los retos para los cuales me contratan como Webmaster han sido situaciones que ya he resuelto en proyectos anteriores.»
Me quedó sonando el término, porque Webmaster suena como algo muy robusto, que requiere mucha experiencia y conocimiento para asumir tal responsabilidad.
Sin embargo, pienso si bien he administrado muchos sitios web, hasta hace poco me siento como un auténtico Webmaster.
No sabría decir si era modestia o inseguridad, pero siempre pensé que no tenía la experiencia suficiente para asumir un cargo tan abstracto y complejo. Un Webmaster en general va más allá de subir archivos y cambiar textos en el sitio Web; en lo personal pienso que un Webmaster debe tener la capacidad de intuir, descubrir y resolver cualquier reto que pueda presentar un sitio Web, para lo cual se requiere un conocimiento profundo en las distintas áreas que comprende el desarrollo de un sitio Web decente. Dentro de las habilidades de un Webmaster podría destacar:
- Conocimiento técnico, tanto de la interfaz como de la base de datos
- Conocimiento en seguridad. Por qué un sitio web es vulnerable y cómo protegerlo frente a amenazas
- Experiencia en SEO – Entender cómo y por qué un sitio Web aparece en los resultados de búsqueda
- Diseño – Entender el lenguaje visual de un sitio Web y producir contenidos afines a este lenguaje
- Estrategia – Entender el sitio web como la aplicación de los objetivos de negocio de la marca, y sugerir con criterio soluciones para mantener u optimizar la efectividad de estos objetivos
- Contenidos – Acompañar y articular contenidos para que sean realmente eficientes al publicarse en el sitio Web
- Gestión de proyectos – Convertir el desarrollo de actualizaciones y desarrollos en el sitio Web en un plan detallado de recursos, tiempo y presupuesto.
- Comunicación – Poder explicar en lenguaje entendible los problemas, retos y soluciones que se requieren para mantener un sitio Web estable. Idealmente en español e inglés.
- Asesoría (este punto es bien importante) – De la mano con el cliente, convertir una idea de negocio en contenidos, herramientas y soluciones digitales que desde o hacia el sitio Web, garanticen que invertir en esta idea va a generar un retorno de inversión.
Ser Webmaster para mí es una escuela de 25 años de carrera
Después de tanto tiempo hay algo que he desarrollado en los últimos proyectos, y es la capacidad de asumir completamente la operación de sitios Web, generando como resultado la tranquilidad que difícilmente se puede garantizar en este medio como he comentado en varios artículos. De hecho, me inspiré en una situación con un cliente en Estados Unidos que me pasó hace unos meses, en la que me llamó en estado de pánico a pocos días de un evento importante en el que su sitio Web era una herramienta vital. Tras hacer un diagnóstico de rigor pude encontrar el problema y solucionarlo rápidamente, pero en el proceso me escribía constantemente esperando una solución en cuestión de segundos. Realmente me tomó un poco menos de una hora, pero frente a su preocupación («I’m very concerned about this» me escribía cada 10 minutos) solo pude responder con toda seguridad: «Si yo no me preocupo, tú tampoco deberías».